5 alojamientos rurales para vivir un verano inolvidable frente al mar en Asturias

Existen destinos que marcan un antes y un después en la memoria de quienes los visitan. Y cuando ese lugar tiene aroma a salitre, paisajes verdes que se extienden sin fin y un horizonte dominado por el mar Cantábrico, la experiencia se convierte en algo difícil de olvidar. Asturias, tierra de contrastes y naturaleza exuberante, ofrece un litoral donde las montañas se abrazan con el océano y los alojamientos rurales cobran un sentido especial. Aquí, pequeños hoteles y casas rurales con carácter invitan a desconectar, descansar y disfrutar del verano como realmente se merece. Te proponemos cinco alojamientos frente al mar que te harán soñar despierto.

1. Hotel Rural 3 Cabos, en Valdés

Situado en El Vallín, en el occidente asturiano, el Hotel Rural 3 Cabos es una joya para quienes buscan serenidad y paisajes abiertos al infinito. Este alojamiento, que celebra sus 15 años de vida, está estratégicamente ubicado en lo alto de una loma que domina la costa cercana a Luarca. Desde sus ventanales se observan tres cabos míticos del litoral asturiano: Vidío, Busto y Peñas. De ahí su nombre y su encanto inconfundible.

La finca de 11.000 metros cuadrados en la que se alza la casona rehabilitada —con una arquitectura moderna perfectamente integrada en el paisaje— es un remanso de paz. Sus nueve habitaciones son únicas, decoradas con mimo, amplias y luminosas. Todas miran al Cantábrico y están pensadas para invitar al descanso, incluso con detalles como almohadas rellenas de cáscaras de mijo.

Más allá del confort, el entorno es perfecto para senderistas, cicloturistas o amantes del mar. El hotel presta bicicletas, organiza masajes, sesiones de reiki y cuenta con un gran jardín con tumbonas para leer o contemplar el cielo asturiano. Por las noches, el comedor —solo para huéspedes— ofrece una experiencia culinaria basada en productos frescos del huerto ecológico y recetas que fusionan tradición y creatividad. Aquí, cada amanecer y cada atardecer se viven con la intensidad de lo auténtico.

2. Las Riberas, en Oviñana

En el entorno natural del cabo Vidío, uno de los balcones más espectaculares del norte español, se encuentran los elegantes apartamentos de Las Riberas, un complejo rural pensado para quienes desean combinar independencia, confort y cercanía con el mar. A solo unos pasos de los vertiginosos acantilados de Oviñana —que alcanzan hasta 70 metros de altura—, este alojamiento ofrece una experiencia cercana al lujo sin renunciar al sabor rural.

Sus ocho apartamentos, de una o dos habitaciones, están completamente equipados. Cada uno cuenta con una cocina-salón-comedor con enormes ventanales que permiten disfrutar del entorno natural sin moverse del sofá. También tienen baño privado —algunos con bañera y otros con ducha de hidromasaje— y terrazas orientadas al verde. La piscina climatizada, el amplio jardín y la política “pet friendly” hacen que este lugar sea ideal para familias, parejas y quienes viajan con su mascota.

Desde Las Riberas se pueden organizar excursiones al cercano Cudillero, recorrer las playas de la zona o simplemente contemplar la puesta de sol sobre el Cantábrico desde la piscina, mientras el silencio lo envuelve todo.

3. Hotel Pleamar, en Puerto de Vega

Puerto de Vega no solo es considerado uno de los pueblos más bonitos de Asturias; también fue declarado “Pueblo Ejemplar” por su capacidad de conservar la esencia marinera en cada rincón. En este entorno de barcas coloridas, calles empedradas y acantilados escarpados se encuentra el Hotel Pleamar, un pequeño hotel con encanto que parece construido con las emociones de quienes aman el mar.

Milagros, su propietaria, ha puesto alma en cada detalle. Las nueve habitaciones, cada una con decoración única, combinan elegancia, calidez y unas vistas al mar que quitan el aliento. Algunas tienen jacuzzi, otras terraza, pero todas transmiten paz. El jardín del hotel y su terraza son espacios ideales para tomar un desayuno casero, leer al atardecer o simplemente observar cómo el sol se esconde detrás del horizonte.

El hotel también ofrece pequeños lujos que enriquecen la estancia: productos locales en el desayuno, mapas con rutas personalizadas y una atención cercana que convierte cada visita en un reencuentro. Puerto de Vega, además, permite acceder a calas escondidas, rutas costeras y rincones cargados de historia. Un lugar para reconectar con lo esencial.

4. El Faro, Valdés

En el mismo concejo de Valdés, cerca de la costa y en plena naturaleza, se encuentra El Faro, uno de los alojamientos de la marca Unkempt Houses. Se trata de una propuesta distinta, pensada para quienes valoran el diseño, el silencio y la integración con el paisaje. La casa está inspirada en la arquitectura de los antiguos faros, con interiores minimalistas, grandes ventanales, materiales nobles y una atmósfera de calma absoluta.

Desde el salón se puede ver el mar y, si el día está despejado, las vistas alcanzan incluso hasta el perfil de los acantilados cercanos. El Faro está pensado para dos personas, lo que lo convierte en una opción ideal para escapadas románticas o retiros de descanso. Cuenta con cocina completamente equipada, chimenea, una terraza con tumbonas y zonas para leer, escribir o simplemente contemplar. ¡El plan perfecto para desconectar sin renunciar al confort!

5. La Llosa de Fombona, Luanco

En el centro de la costa asturiana, cerca de Luanco, La Llosa de Fombona combina la esencia de la tradición rural con detalles cuidados que marcan la diferencia. Esta casa rural con certificación ecológica está rodeada de jardines, frutales y una huerta que abastece la cocina del establecimiento. El alojamiento está formado por varias habitaciones con nombre de flores y colores vivos que recuerdan el entorno natural.

La decoración combina antigüedades restauradas con muebles modernos, y el desayuno, con productos locales y ecológicos, es uno de sus mayores atractivos. Además, su ubicación permite disfrutar tanto de la playa como de rutas de senderismo, lo que la convierte en una opción muy completa para quienes no quieren elegir entre mar o montaña.


Asturias frente al mar es mucho más que un paisaje: es una experiencia para los sentidos. Ya sea en un hotel con historia, un apartamento con diseño o una casa rural entre bosques y acantilados, el norte ofrece ese tipo de verano que se graba en la memoria. Porque cuando el descanso se combina con la belleza, la autenticidad y la cercanía del mar, lo inolvidable se convierte en cotidiano. ¿Listo para descubrirlo?