5 ejercicios faciales para mejorar la circulación de la piel

Cuando pensamos en el ejercicio solemos enfocarnos en el cuerpo, pero pocas veces recordamos que el rostro también tiene músculos que pueden entrenarse. Hacer ejercicios faciales de forma constante mejora la circulación de la piel, promueve la llegada de oxígeno a las células cutáneas y favorece la producción de colágeno, lo que contribuye a un rostro más firme, luminoso y con menos signos de la edad. Esta práctica, cada vez más popular dentro de las rutinas de cuidado personal, ofrece beneficios visibles en poco tiempo y no requiere herramientas especiales, solo constancia, paciencia y algunos minutos al día. Además de ayudar a prevenir la flacidez, estos ejercicios relajan tensiones acumuladas en la mandíbula, frente y cuello, zonas donde muchas personas guardan estrés sin notarlo.

Si deseas incorporar esta rutina a tu día a día, lo ideal es practicar los ejercicios una vez por la mañana y otra por la noche. De esta manera, la piel recibe un estímulo constante que aumenta el flujo sanguíneo y prepara el rostro para enfrentar el día o para descansar mejor. Tras un par de semanas de constancia, es común notar el rostro más despejado, con mejor tono y un aspecto más fresco. A continuación, te proponemos cinco ejercicios sencillos, seguros y muy efectivos que puedes comenzar a practicar hoy mismo.

Ejercicio de boca de pescado

Este movimiento, sencillo pero poderoso, es perfecto para trabajar las mejillas y la zona inferior del rostro. Consiste en formar la conocida “boca de pescado”, succionando las mejillas hacia adentro mientras mantienes la cabeza recta. La clave está en generar una ligera tensión en la zona sin llegar a sentir dolor. Mantén la posición durante 30 segundos, respira con calma, relaja y repite dos veces más. Este ejercicio ayuda a definir el contorno facial, activa la circulación en la parte media del rostro y combate la flacidez que suele aparecer con el paso del tiempo. Aunque parezca un gesto simple, hacerlo a diario puede marcar una gran diferencia en la firmeza de las facciones.

Ejercicio de apertura y cierre de boca

Si lo que buscas es trabajar la parte baja del rostro, el cuello y el área de la papada, este ejercicio es ideal. Siéntate con la espalda recta, dirige la mirada hacia el techo y coloca tu puño justo debajo de la barbilla, ejerciendo una leve presión. A continuación, abre y cierra la boca diez veces, asegurándote de mantener la resistencia del puño para activar los músculos. Tras una breve pausa, repite la secuencia. Este movimiento favorece la circulación en la zona cervical y mejora la firmeza del cuello, un área donde la piel puede volverse más fina y perder tonicidad con facilidad. Además, ayuda a liberar tensión mandibular, un problema común en personas que aprietan la mandíbula durante el día o mientras duermen.

Ejercicio para el contorno de ojos

El área de los ojos es una de las más delicadas del rostro y suele mostrar signos de cansancio con rapidez. Para estimular la circulación en esta zona, junta el dedo índice y pulgar formando dos pequeños óvalos y colócalos alrededor de los ojos, como si fueran gafas. Mantén los dedos firmes, estira ligeramente el índice hacia arriba y el pulgar hacia abajo, sin perder la forma inicial. Mientras sostienes esa ligera tensión, pestañea quince veces seguidas. Esta técnica activa los músculos perioculares, favorece la irrigación sanguínea y ayuda a reducir bolsas y signos de fatiga. Combinado con un buen contorno de ojos, este ejercicio potencia los resultados y contribuye a un aspecto más despierto.

Ejercicio con aire en las mejillas

Este movimiento mejora la circulación en toda la zona media del rostro y ayuda a tonificar los músculos de las mejillas. Comienza llenando tus mejillas de aire, como si inflaras globos, y mantén la boca bien cerrada. Luego mueve el aire de un lado a otro, trazando un círculo interno primero por la parte superior, cerca del labio superior, y luego por la inferior. Realiza diez círculos completos sin perder el control del movimiento. Además de activar la musculatura, este ejercicio favorece la elasticidad de la piel y puede contribuir a suavizar líneas de expresión alrededor de la boca. Con el tiempo, notarás tus mejillas más tonificadas y con mejor volumen natural.

Estiramientos faciales

Los estiramientos son esenciales para finalizar una rutina de ejercicios, pues relajan los músculos estimulados y favorecen la circulación en toda la cara. Para ello, abre los ojos y la boca lo más que puedas durante veinte segundos, sostén la posición, cierra y vuelve a abrir. Luego, mueve la boca hacia el lado derecho mientras llevas la mirada en esa misma dirección, manteniendo el estiramiento por otros veinte segundos. Cierra unos instantes y repite hacia el lado izquierdo. Este ejercicio activa prácticamente todo el rostro, estimula el flujo sanguíneo y mejora la oxigenación de la piel. También ayuda a liberar tensiones en la frente, los párpados y la mandíbula, zonas donde suelen formarse arrugas de expresión debido a los gestos repetitivos del día.

Practicar estos ejercicios de manera constante es una forma sencilla y económica de mejorar la apariencia de la piel desde dentro. Al aumentar la circulación y estimular los músculos faciales, el rostro se ve más vital, más firme y con un brillo natural. No necesitas dedicar demasiado tiempo, apenas unos minutos al día pueden marcar una diferencia notable si mantienes la disciplina. La clave está en realizarlos con suavidad, sin forzar, prestando atención al movimiento y a la respiración. Con esta rutina, tu piel recibirá un impulso de energía que se reflejará en un aspecto más joven y saludable.