Los puentes medievales más bonitos de Europa
Desde la Edad Media, estas estructuras han resistido el paso del tiempo, testigos silenciosos de la historia y, en muchos casos, envueltos en leyendas que aumentan su misticismo. Construidos con piedra y una técnica impresionante para su época, estos puentes no solo fueron vitales para la comunicación y el comercio, sino que también se han convertido en verdaderas obras de arte. Atraviesan ríos, conectan aldeas y ciudades, y hoy en día siguen atrayendo a viajeros que buscan una postal inolvidable.
Puente de la Magdalena, Borgo a Mozzano, Italia
Ubicado a media hora en coche de Lucca, este impresionante puente medieval atraviesa el río Serchio con una estructura singular de arcos asimétricos. Su belleza arquitectónica está acompañada por una leyenda: se dice que el maestro de obras, al no poder finalizar la construcción por sí mismo, hizo un pacto con el diablo para que terminara el trabajo. En compensación, el demonio reclamó el alma de la primera persona que cruzara el puente. Para burlar al maligno, los habitantes hicieron que un perro lo atravesara primero. Hoy, el puente sigue siendo una joya de la arquitectura medieval.
Puente Viejo, Belcastel, Francia
Belcastel es un pintoresco pueblo medieval en la región de Occitania, incluido en la lista de Los Pueblos Más Bonitos de Francia. Su puente de cinco arcos apuntados sobre el río Aveyron es una de las primeras maravillas que se encuentran al llegar. Cruzarlo significa adentrarse en un entramado de callejuelas empedradas, casas de piedra y, en lo alto, un castillo del siglo XI que domina la vista. Este enclave ofrece una atmósfera medieval auténtica, perfecta para los amantes de la historia y la fotografía.
Puente de la Margineda, Andorra
Andorra conserva dos puentes medievales que transportan a otra época: el de Sant Antoni de la Grella y el de la Margineda. Este último, construido en el siglo XII, es el más grande del principado. Se alza sobre el río Valira con un solo arco de 33 metros de largo y forma parte del antiguo Camino Real que conducía a Andorra la Vella. Su sencillez y elegancia enmarcan perfectamente el paisaje pirenaico, convirtiéndolo en un lugar idílico para una caminata con vistas espectaculares.
Ponte Vecchio, Florencia, Italia
En el corazón de Florencia, el Ponte Vecchio es el puente más antiguo que cruza el río Arno. Construido en 1345, este puente es famoso por sus tiendas de joyería que reemplazaron a los antiguos negocios de curtidores, herreros y carniceros. Su estructura se distingue por las casitas de colores que parecen colgar sobre el agua. Además, esconde un pasadizo histórico: el Corredor Vasariano, que conecta el Palazzo Vecchio con el Palazzo Pitti. La mejor vista del puente se obtiene desde el vecino Puente de Santa Trinità.
Puente Carlos, Praga, República Checa
Praga, ciudad de callejuelas adoquinadas y cúpulas barrocas, tiene en el Puente Carlos su emblema más icónico. Este puente de 516 metros, construido en 1357 por orden del rey Carlos IV, conecta la Ciudad Vieja con Malá Strana y es famoso por sus 30 estatuas barrocas. La más popular es la de San Juan Nepomuceno, situada en el punto donde, según la leyenda, fue arrojado al río por no revelar los secretos de confesón de la reina. Se dice que tocar la base de la estatua concede deseos.
Puente de Aviñón, Francia
Conocido por la famosa canción infantil “Sur le pont d’Avignon”, este puente sobre el río Ródano fue construido en el siglo XII por San Bénézet, quien, según la leyenda, recibió una visión divina con la misión de edificarlo. Originalmente tenía 22 arcos, pero solo se conservan cuatro. Junto con el Palacio de los Papas y las antiguas murallas, forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Puente de Bamberg, Alemania
Bamberg, declarada Patrimonio de la Humanidad, es una ciudad con un aire medieval único. Su puente más simbólico es el del Antiguo Ayuntamiento, que se levanta sobre una pequeña isla en el río Regnitz. Rodeado de edificios históricos y fachadas con entramado de madera, este puente ofrece una estampa que recuerda a ciudades como Venecia o Roma.
Puente Valentré, Cahors, Francia
Cahors, en el valle del Lot, cuenta con un puente de estructura militar del siglo XIV que impresiona por sus siete arcos apuntados y tres torres fortificadas. Declarado Patrimonio de la Humanidad, el Puente Valentré está vinculado a una curiosa leyenda: se dice que el maestro de obras pactó con el diablo para completar su construcción. Cuando llegó el momento de pagar su deuda, intentó engañarlo, y como castigo, el diablo dejó grabado su rostro en una de las torres.
Kapellbrücke, Lucerna, Suiza
Lucerna es una ciudad suiza de plazas y puentes medievales, siendo el Kapellbrücke su icono más famoso. Construido en madera en el siglo XIV, es el puente cubierto más antiguo de Europa. En su interior, destacan los paneles triangulares pintados con escenas históricas. Aunque sufrió un incendio en 1993, fue restaurado fielmente, recuperando su esplendor original.
Puente de Cangas de Onís, Asturias, España
Conocido como Puente Romano, esta construcción medieval en Cangas de Onís es uno de los símbolos de Asturias. Se alza sobre el río Sella con un majestuoso arco central del que cuelga la Cruz de la Victoria, emblema del Principado. Este puente es la puerta de entrada a los Picos de Europa, una región de paisajes espectaculares que combina historia y naturaleza.
Estos puentes no solo representan el ingenio de la arquitectura medieval, sino que también han servido como testigos de historias, leyendas y el paso de innumerables generaciones. Hoy en día, siguen siendo destinos imprescindibles para los amantes de la historia, la fotografía y los viajes con encanto.



