6 recetas de guisos caseros y fáciles para chuparse los dedos
Pocos platos logran transmitir tanta calidez y sensación de hogar como un buen guiso casero. Desde que el aroma empieza a llenar la cocina hasta el momento en que la cuchara se hunde en la salsa espesa y humeante, cada bocado nos recuerda que la cocina tradicional tiene un encanto que nunca pasa de moda. En los meses fríos, cuando el cuerpo pide calor y el alma busca consuelo, los guisos se convierten en auténticos aliados.
Esta preparación, que existe en todas las culturas del mundo, representa la esencia de la cocina lenta. No hay prisa: un guiso se cocina con tiempo, con mimo y con paciencia, y esa es precisamente su magia.
Podemos dividir el universo de los guisos en tres grandes familias según su origen:
- Los guisos de tierra, elaborados con carnes, verduras o legumbres.
- Los guisos de mar, protagonizados por pescados y mariscos.
- Y los guisos de aire, en los que las aves son las estrellas.
A todos ellos se les pueden añadir caldos, especias y hierbas aromáticas para realzar su sabor y crear combinaciones infinitas. A continuación, te proponemos una selección de guisos caseros, variados y fáciles de preparar, para que llenes tu mesa de platos que reconfortan cuerpo y espíritu.
1. Lentejas guisadas con verduras y un toque picante
Las lentejas son uno de los ingredientes estrella de la cocina de cuchara. Ricas en proteínas, hierro y fibra, son además muy versátiles. En este guiso rápido —preparado en olla exprés— las acompañamos con verduras frescas y un toque picante que les da un aire moderno sin perder el alma tradicional.
Ingredientes:
- 500 g de lentejas cocidas
- 2 chalotas
- 3 zanahorias
- 2 tomates maduros
- 1 chile rojo
- 1 litro de caldo de verduras
- 1 cucharadita de pimentón picante
- Sal
- Aceite de oliva
- Albahaca fresca
Preparación:
- Pela y pica las zanahorias, las chalotas y los tomates.
- Retira las semillas del chile rojo y pícalo fino.
- En la olla exprés, calienta un chorro de aceite y sofríe la cebolla.
- Añade la zanahoria y el tomate, rehoga unos minutos.
- Incorpora el pimentón y remueve rápidamente para que no se queme.
- Añade sal, el chile picado y las lentejas.
- Cubre con el caldo, cierra la olla y cuece 30 minutos desde que suba la pesa.
- Deja enfriar antes de abrir y sirve con hojas de albahaca fresca.
Un guiso lleno de energía, ideal para los días fríos. Puedes servirlo con arroz integral o una rebanada de pan rústico.
2. Ragú de magro de cerdo con verduras
El ragú es un estofado espeso de origen francés que combina carne, vino y verduras en una cocción prolongada. En este caso, usamos magro de cerdo, una carne tierna y sabrosa, acompañada de vegetales y romero. El resultado: un guiso aromático que pide pan para mojar.
Ingredientes:
- 1 kg de magro de cerdo en dados
- 1 pimiento rojo
- 2 zanahorias
- 1 cebolla
- 150 g de champiñones
- 1 diente de ajo
- 1 patata
- 3 vasos de caldo de carne
- 1 vasito de vino blanco
- Harina
- Sal y pimienta
- Romero
- Aceite de oliva
Preparación:
- Pela y pica las verduras.
- Salpimenta la carne y pásala por harina.
- En una cazuela, calienta aceite y dora los trozos de cerdo.
- Añade la cebolla y el ajo, cocina 3 minutos.
- Incorpora zanahoria, champiñones, patata y pimiento.
- Agrega el vino y deja que se evapore el alcohol.
- Añade el caldo, tapa y cuece 1 hora a fuego medio.
- Rectifica de sal, agrega romero y cocina 30 minutos más.
El ragú debe quedar meloso, con una salsa espesa y brillante. Si se reduce demasiado, añade un poco de agua caliente. Acompáñalo con puré de patatas o arroz blanco.
3. Guiso de garbanzos, vegetales y especias
Este guiso es una fiesta de colores y aromas. Los garbanzos se combinan con calabaza, zanahoria y una mezcla de especias que puedes adaptar a tu gusto: comino, cúrcuma, jengibre o cardamomo. Perfecto para vegetarianos o para quienes buscan una comida nutritiva y reconfortante.
Ingredientes:
- 400 g de garbanzos
- 2 dientes de ajo
- 1 hoja de laurel
- 1 cebolla
- 1 tomate maduro
- 300 g de calabaza
- 3 zanahorias
- 1 cucharada de mezcla de especias
- Sal
- Aceite de oliva
- Perejil fresco
Preparación:
- Cuece los garbanzos con ajo, cebolla y laurel durante 1 hora.
- Pela y trocea las verduras.
- En otra olla, sofríe cebolla y ajo, añade el tomate, la calabaza y la zanahoria.
- Agrega las especias, remueve y añade los garbanzos escurridos.
- Cubre con agua y cocina hasta que las verduras estén tiernas.
- Sirve con perejil fresco picado.
Consejo: si quieres darle un toque exótico, añade una pizca de curry o leche de coco. Quedará cremoso y delicioso.
4. Guiso de pescado con pimiento rojo
El mar también tiene sus guisos. Este plato mediterráneo combina pescado blanco, pimiento rojo, tomate y aceite de oliva virgen extra. Es ligero, saludable y lleno de sabor. Puedes usar corvina, merluza o cualquier pescado firme.
Ingredientes:
- 600 g de corvina en cubos
- 2 cebollas
- 2 pimientos rojos
- 2 dientes de ajo
- 500 g de tomate frito
- 1 vaso de vino blanco
- Sal y pimienta blanca
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
- Corta la cebolla en juliana, los pimientos en tiras y los ajos en láminas.
- Sofríe los ajos en aceite, retira y reserva.
- Dora el pescado en el mismo aceite y aparta.
- Añade más aceite si es necesario y sofríe cebolla y pimientos 10 minutos.
- Agrega el vino blanco y deja reducir.
- Incorpora el tomate frito, mezcla bien y añade el pescado.
- Cocina todo junto 5 minutos más.
Puedes servirlo con arroz blanco o con pan tostado para disfrutar de la salsa. Este guiso es un homenaje al mar: sencillo, equilibrado y lleno de vida.
5. Guiso de pollo y calabacín
El pollo es un clásico infalible. Su carne tierna y su sabor suave combinan con casi cualquier verdura. En este guiso, el calabacín aporta frescura y textura, mientras el tomillo y el caldo de ave le dan ese toque casero que lo hace irresistible.
Ingredientes:
- 500 g de pollo en dados
- 2 calabacines
- 2 zanahorias
- 1 cebolla
- 1 tomate
- 1 litro de caldo de pollo
- Tomillo, sal y pimienta negra
- Aceite de oliva
- Perejil fresco
Preparación:
- Corta todas las verduras en dados pequeños.
- Salpimenta el pollo y séllalo en una cazuela con aceite.
- Retira y añade las verduras con sal, pimienta y tomillo.
- Rehoga, añade el pollo y cubre con el caldo.
- Cocina tapado a fuego medio-bajo durante 1 hora.
- Espolvorea perejil antes de servir.
Este guiso es ligero, pero sabroso. Puedes acompañarlo con couscous o con una ensalada verde para una comida completa y equilibrada.
6. Guiso de carne estilo “Beef Stew”
El beef stew es un guiso clásico de la cocina irlandesa y británica, aunque tiene equivalentes en muchas culturas. Se caracteriza por su cocción lenta y su salsa oscura, llena de sabor gracias al vino tinto y al caldo de carne. Es perfecto para una comida dominical.
Ingredientes:
- 800 g de ternera en dados
- 1 cebolla
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento rojo
- 2 zanahorias
- 2 dientes de ajo
- 1 vaso de vino tinto
- Caldo de carne
- Harina
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal, pimienta negra y perejil fresco
Preparación:
- Corta las verduras y pasa la carne por harina.
- Sella la ternera en aceite caliente, retira y reserva.
- Sofríe el ajo, la cebolla, las zanahorias y los pimientos.
- Añade el vino tinto y deja reducir.
- Devuelve la carne a la cazuela y cubre con caldo.
- Cocina a fuego lento durante 2 horas o hasta que la carne esté tierna.
- Rectifica de sal y pimienta, y espolvorea perejil antes de servir.
El resultado es un guiso de sabor profundo, con una salsa densa que se impregna en las patatas o el pan. Cuanto más tiempo lo dejes reposar, más sabroso estará.
Cada guiso cuenta una historia. Son recetas que han pasado de generación en generación, adaptándose a los ingredientes de cada región, pero manteniendo el mismo espíritu: cocinar despacio, con cariño y sin complicaciones.
No importa si usas una olla exprés o si prefieres dejarlo a fuego lento toda la tarde; lo que realmente importa es el mimo con que se prepara. El secreto está en los detalles: un buen sofrito, un caldo sabroso, especias equilibradas y, sobre todo, paciencia. Los guisos nos enseñan que la cocina es tiempo, aroma y emoción. Son platos que reconfortan, que invitan a compartir y que transforman ingredientes humildes en auténticos festines.





