5 plantas para sembrar en primavera y cosechar en verano
Con la llegada de la primavera, el aire se llena de vida y los balcones, terrazas y patios comienzan a transformarse en pequeños oasis verdes. En medio de un contexto económico desafiante, cada vez más personas optan por crear huertas en casa como una forma de ahorrar, alimentarse mejor y reconectar con la naturaleza. Además de ser una actividad relajante, cultivar tus propias frutas y verduras permite disfrutar de alimentos frescos, libres de químicos y llenos de sabor.
Sin embargo, antes de comenzar, es importante saber que no todas las plantas pueden sembrarse en cualquier momento del año. Existen calendarios de siembra que indican cuál es la mejor época para plantar cada especie, ya que la temperatura, la cantidad de sol y las lluvias influyen directamente en el desarrollo de las plantas. En primavera, el clima templado y la mayor cantidad de horas de luz la convierten en la estación ideal para sembrar hortalizas y verduras que se cosecharán en verano.
¿Qué se puede sembrar en primavera?
Durante los meses de septiembre a noviembre, las condiciones son perfectas para iniciar cultivos como tomate, zapallo, maíz, ají, papa, berenjena, lechuga y espinaca. Todas ellas aprovechan el calor y el sol de los meses siguientes y están listas para cosechar hacia finales del verano.
A continuación, te contamos cuáles son cinco de las plantas más recomendadas para sembrar en primavera, junto con algunos consejos prácticos para su cultivo.
1. Ají y morrón
El ají y el morrón son clásicos de la huerta familiar. Requieren sol directo y calor constante, por lo que conviene ubicarlos en un sitio bien iluminado, donde reciban al menos seis horas diarias de sol. Se desarrollan mejor en macetas grandes (de unos 30 a 40 cm de profundidad) y necesitan riegos frecuentes, aunque sin encharcar el suelo.
La cosecha suele iniciarse alrededor de los 90 días después de la siembra, cuando los frutos cambian de color, pasando del verde intenso al rojo, amarillo o anaranjado, según la variedad. Además de ser deliciosos en ensaladas o rellenos, son una excelente fuente de vitamina C y antioxidantes.
2. Tomate
El tomate es una de las hortalizas más populares entre quienes se inician en la jardinería. Su cultivo requiere sol abundante, riego regular y una maceta de al menos 30 cm de profundidad. Es importante colocarlo en un sitio ventilado, pero protegido del viento fuerte.
El ciclo de maduración varía entre 70 y 90 días, dependiendo de la variedad. Cuando los frutos comienzan a tomar un tono rojo brillante y se desprenden fácilmente del tallo, es señal de que están listos para cosechar. Una recomendación útil es tutorar las plantas (sujetar el tallo a una varilla) para evitar que se doblen con el peso de los tomates.
3. Zapallito y zucchini
El zapallito y el zucchini se caracterizan por su rápido crecimiento y por ser muy rendidores. Desde la siembra hasta la cosecha transcurren apenas entre 40 y 60 días, lo que los convierte en una excelente opción para quienes buscan resultados rápidos.
Para que crezcan bien, necesitan espacio, buena ventilación y riegos regulares. Si se cultivan en maceta, debe ser amplia, de unos 40 cm de diámetro, para que las raíces se desarrollen sin dificultad. Una vez que los frutos alcanzan entre 10 y 15 cm de largo, ya pueden cosecharse. Además, cuanto más los coseches, más estimularás a la planta a producir nuevos frutos.
4. Berenjena
La berenjena es otra hortaliza que ama el calor. Se desarrolla mejor en zonas cálidas y con temperaturas constantes por encima de los 20°C. Necesita mucha luz y una maceta profunda (de unos 35 cm o más). Aunque requiere paciencia, ya que su maduración demora entre 90 y 120 días, los resultados valen la espera.
Es importante evitar el exceso de agua, ya que el riego excesivo puede pudrir las raíces. Lo ideal es mantener el sustrato húmedo, pero no empapado. La cosecha se realiza cuando la piel de la berenjena está brillante y tersa. Si se deja demasiado tiempo en la planta, puede volverse amarga.
5. Lechuga y espinaca
A diferencia de las anteriores, la lechuga y la espinaca no requieren tanto calor y pueden cultivarse incluso en lugares con menos horas de sol. Son ideales para macetas medianas y para quienes tienen balcones o patios con tres o cuatro horas diarias de luz solar.
Ambas crecen rápidamente y permiten cosechas escalonadas, es decir, puedes ir cortando las hojas exteriores a medida que las necesites, mientras el centro de la planta sigue desarrollándose. Además, son una excelente fuente de hierro, fibra y vitaminas, por lo que resultan imprescindibles en una alimentación equilibrada.
¿Qué tener en cuenta antes de comenzar tu huerta?
Antes de sembrar, conviene planificar el espacio y las condiciones de tu huerta. No hace falta tener un gran terreno: una terraza, balcón o incluso una ventana soleada puede ser suficiente si cuentas con macetas adecuadas y buena exposición solar.
Algunos consejos útiles:
- Sol y temperatura: las hortalizas de fruto (como tomate, berenjena o ají) requieren entre seis y ocho horas de sol al día. En cambio, las de hoja (lechuga, espinaca, rúcula o perejil) pueden crecer con menos exposición, entre tres y cuatro horas.
- Sustrato y drenaje: utiliza tierra fértil mezclada con compost y asegúrate de que las macetas tengan orificios de drenaje para evitar el exceso de agua.
- Riego adecuado: el agua es esencial, pero el exceso puede ser perjudicial. Es preferible regar poco y con frecuencia que mucho de golpe.
- Agua segura: recuerda que estás cultivando alimentos, por lo que el agua utilizada debe ser limpia. Si puedes, aprovecha el agua de lluvia, que contiene minerales beneficiosos y no tiene cloro.
- Cosecha responsable: corta solo lo que vas a consumir y deja que las plantas sigan produciendo.
Crear una huerta en casa no solo es una forma de tener alimentos frescos al alcance de la mano, sino también una experiencia educativa y relajante. Ver cómo una semilla se transforma en alimento es un recordatorio del valor del tiempo, la paciencia y la conexión con la naturaleza.
Con unos pocos cuidados y algo de dedicación, podrás disfrutar en verano de tomates jugosos, zapallitos tiernos, berenjenas brillantes y hojas verdes recién cortadas, cultivadas por ti mismo.




