Comida vietnamita en Buenos Aires
La gastronomía porteña vive un momento de gran diversidad. En cada barrio aparecen nuevas propuestas que buscan sorprender a los comensales con sabores originales y experiencias distintas. Dentro de ese abanico, la comida vietnamita se ha consolidado como una opción fresca, aromática y llena de matices que cada vez atrae a más personas. Con su combinación de hierbas, especias y el equilibrio entre lo dulce, lo ácido y lo salado, esta cocina ha encontrado un lugar especial en Buenos Aires, cautivando tanto a curiosos como a paladares exigentes.
Aunque en la última década la oferta vietnamita creció de manera notable, hubo restaurantes que marcaron el camino. El recordado Green Bamboo, ubicado en Palermo y hoy cerrado, fue pionero en acercar una experiencia vietnamita auténtica a los porteños. Su propuesta mezclaba frescura, técnica y un ambiente que lo convirtió en un ícono de su tiempo. Otro referente clave fue Sudestada, que aún continúa siendo un clásico en la escena local. Si bien su carta combina diferentes sabores del sudeste asiático, varios platos con fuerte impronta viet lo posicionaron como un lugar de referencia.
Hoy la situación es diferente: la cocina vietnamita ya no es una rareza, sino un estilo gastronómico con propuestas sólidas y muy diversas. Desde locales de estética moderna hasta espacios con un aire más callejero, la ciudad ofrece rincones para probar desde un reconfortante pho hasta los frescos rollitos de verano. A continuación, un recorrido por algunos de los lugares más destacados para emprender este viaje culinario sin salir de Buenos Aires.
1. Asian Cantina
Ubicada en el corazón de Palermo, Asian Cantina es un homenaje a los sabores del sudeste asiático. Detrás de esta propuesta está Franco Ferrantelli, quien comenzó en 2009 con un restaurante a puertas cerradas en Villa Ortúzar. Durante seis años ofreció cenas íntimas que permitieron experimentar platos de Filipinas, Tailandia, Malasia y, por supuesto, Vietnam. En 2015, dio el salto a Palermo con la idea de recrear el espíritu de una cantina asiática abierta a todos.
La carta es variada y busca sorprender con preparaciones elaboradas con productos frescos: pescados del día, mariscos, carnes, vegetales y hierbas cuidadosamente seleccionadas. Cada plato es un viaje de sabores donde conviven lo salado, lo ácido, lo dulce y el característico umami, con un toque de picante que realza los matices.
El espacio también transporta a otra latitud: lámparas importadas de Vietnam, Filipinas y Tailandia iluminan un ambiente vibrante, que combina intimidad con dinamismo. La cocina a la vista invita a mirar cómo se preparan los platos, generando un vínculo directo con el proceso.
Recomendación: el bun thit nuong, un plato de cerdo grillado marinado en miel y lemongrass, acompañado de ensalada de fideos de arroz, hierbas frescas, pickles, salsa nuoc mam y maní tostado. Una explosión de frescura y equilibrio.
Dirección: Humboldt 1626, Palermo.
2. Cang Tin
En 2021, José Delgado y Thomas Nguyen abrieron Cang Tin en una esquina de Palermo con una idea clara: recrear la esencia de la street food vietnamita. El espacio transmite energía y calidez gracias a su ambientación colorida, con luces colgantes, plantas y una gran barra en forma de U donde los clientes pueden observar la cocina en acción.
La propuesta gastronómica es amplia y combina lo mejor de Vietnam con influencias tailandesas y chinas. Los clásicos como los nem (arrolladitos fritos) o el pho bo conviven con creaciones que sorprenden, como los dumplings de boniato en leche de coco y curry, servidos con maní y chili oil. Para quienes buscan frescura, el hai san, con ostras, sashimi y calamar a la parrilla, es una opción imperdible.
Uno de sus grandes atractivos es la variedad: hay platos pensados para compartir, opciones vegetarianas, veganas y sin gluten, además de postres innovadores como el cheesecake japonés o uno vasco reinterpretado con inspiración tailandesa. Para acompañar, se puede elegir entre kombucha, cervezas artesanales, limonadas, cócteles y el tradicional café vietnamita con leche condensada.
Recomendación: el curry chiang mai khao soi, un curry amarillo con pollo pastoril, leche de coco, fideos de huevo caseros, pickles de mostaza y cebolla morada. Aromático, intenso y perfecto para los amantes del picante moderado.
Dirección: Dorrego 2415, Palermo.
3. Saigón Noodle Bar
Desde su apertura en 2016, Saigón Noodle Bar se ha convertido en un emblema de la comida vietnamita en Buenos Aires. El proyecto nació de la mano de Matías McLurg y Tom Nguyen, quienes apostaron por traer la esencia de la cocina callejera de Vietnam a la ciudad.
La historia de Matías es singular: abogado de profesión e hijo de exiliados, vivió en el barrio chino de París, donde descubrió la gastronomía vietnamita y quedó cautivado por su riqueza cultural. Ese recorrido personal lo llevó a reinventarse y, junto con Nguyen, abrir un espacio que rápidamente conectó con el público local.
Hoy Saigón cuenta con locales en San Telmo, Palermo y Retiro, además de una dark kitchen dedicada al delivery. El concepto es claro: un formato “fast-casual” con ambientación simple y moderna, pensado para una experiencia rápida pero auténtica.
El menú incluye clásicos como el pho (caldo intenso y aromático con fideos de arroz), el banh mi adaptado al gusto argentino, y opciones de finger foods como los nem fritos rellenos de cerdo y vegetales. También hay ensaladas frescas y combos de almuerzo accesibles que combinan pho con bebidas artesanales.
Recomendación: los spring rolls de langostinos, acompañados con salsa de maní y la tradicional nuoc mam cham.
Direcciones: Soler 4388 (Palermo), Marcelo T. de Alvear 818 (Microcentro) y Bolívar 986 (San Telmo).
4. Ăn Café & Viet Bistró
En Belgrano, sobre una pintoresca esquina con detalles en rojo, abrió en 2023 Ăn Café & Viet Bistró, creado por Juan Pedro Benito y su esposa. La inspiración surgió a partir del tiempo que Juan Pedro pasó en Australia y de un viaje posterior a Vietnam, donde descubrió la riqueza de esta gastronomía.
Su carta pone en el centro al banh mi, un sándwich que refleja la herencia colonial francesa fusionada con ingredientes vietnamitas. Se puede probar en versiones como jamón y queso de cerdo, omelette o gírgolas grilladas. Para compartir, destacan los nem (arrolladitos de cerdo fritos) y los goi cuon (arrolladitos frescos de vegetales), además de buñuelos de mandioca y ensaladas ligeras.
La propuesta se completa con una fuerte identidad cafetera: ofrecen el tradicional ca phe phin, un café filtrado lentamente servido con leche condensada, junto con otras opciones de especialidad y pastelería artesanal que complementan la experiencia.
Recomendación: el banh mi thit nuong, preparado en pan francés con paté, pickles, cilantro, cebolla de verdeo, pepino, salsa Maggi y cerdo grillado.
Dirección: Blanco Encalada 1402, Belgrano.
La expansión de la cocina vietnamita en Buenos Aires refleja un interés creciente por sabores que hasta hace unos años eran casi desconocidos en la ciudad. Hoy, tanto en formatos más informales como en restaurantes con propuestas elaboradas, es posible disfrutar de la frescura de los rollitos, el aroma de un pho bien preparado o la complejidad de un curry con matices exóticos.
Más que una moda pasajera, estos espacios muestran que la comida vietnamita llegó para quedarse. Su combinación de equilibrio, frescura y autenticidad conquistó un lugar en la mesa porteña, demostrando que no hace falta un pasaje de avión para viajar al sudeste asiático: basta con elegir una mesa en alguno de estos restaurantes y dejarse llevar por los sabores.