¿Cómo elegir la nutrición más adecuada para tu mascota?

En los últimos años, la nutrición de nuestras mascotas ha experimentado una transformación profunda. Lejos quedaron los tiempos en los que los perros y gatos comían lo mismo que sus dueños o recibían sobras. Hoy en día, la alimentación de los animales de compañía se ha profesionalizado, con el objetivo de ofrecerles una dieta mucho más equilibrada, completa y adaptada a sus verdaderas necesidades biológicas. Detrás de esta evolución están los avances científicos en veterinaria, el compromiso de las marcas de alimentos especializados y, por supuesto, la mayor conciencia por parte de los cuidadores.

Nutrición y salud: un vínculo inseparable

Uno de los grandes logros de esta evolución es el reconocimiento de la alimentación como un pilar fundamental para la salud. Más allá de mantener a nuestras mascotas con energía y en un peso saludable, la nutrición juega un papel clave en la prevención y control de muchas enfermedades. Desde problemas digestivos hasta afecciones renales, la dieta puede ser determinante en el tratamiento y calidad de vida del animal.

Ante un mercado saturado de opciones y fórmulas, muchas personas pueden sentirse abrumadas a la hora de elegir. Es ahí donde el asesoramiento veterinario se vuelve indispensable. Solo los profesionales pueden determinar cuál es la dieta más apropiada para cada caso específico, teniendo en cuenta la edad, el tamaño, la raza, el nivel de actividad y hasta el clima del lugar donde vive el animal.

Los fundamentos de una buena alimentación

Para considerar que una alimentación es saludable, debe cumplir con las necesidades nutricionales propias de cada especie. Esto significa que debe contener los seis nutrientes esenciales: agua, proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales. Cada uno cumple funciones vitales en el organismo del animal y no puede faltar. Ahora bien, es importante hacer una distinción entre “ingredientes” y “nutrientes”. Los ingredientes son los medios que transportan los nutrientes, pero no necesariamente garantizan su calidad. Por eso, la clave está en analizar el valor nutricional del alimento más allá de su aspecto o sabor.

Una dieta adecuada debe ser completa, balanceada y adaptada al momento fisiológico del animal. No es lo mismo alimentar a un cachorro en pleno crecimiento, a una hembra gestante o a un perro senior con movilidad reducida. La personalización en este aspecto es tan importante como en los humanos.

¿Comida casera o alimentos industriales?

Muchos cuidadores se preguntan si está bien ofrecer a sus mascotas comida casera. La respuesta no es un sí o un no rotundo. Es posible hacerlo, siempre que esa alimentación se complemente con un alimento comercial de calidad. Lo ideal es que al menos el 90% de las calorías diarias provengan de un pienso formulado científicamente, mientras que el otro 10% puede consistir en algún “mimo” casero. Eso sí, siempre evitando alimentos tóxicos para ellos, como el chocolate, las uvas, la cebolla o el ajo.

Uno de los problemas de la comida casera es que resulta muy difícil de equilibrar nutricionalmente. Además, puede favorecer la acumulación de placa en los dientes, al dejar restos en la boca. Y lo más preocupante: muchas veces, humanizar en exceso a nuestras mascotas mediante este tipo de alimentación lleva a la obesidad, una de las enfermedades más frecuentes del siglo XXI en perros y gatos.

Opciones modernas de alimentación y sus ventajas

Hoy existen diversas corrientes y formatos para alimentar a nuestras mascotas, cada una con sus beneficios y desafíos. Entre las más destacadas encontramos:

  • Cross feeding: consiste en combinar alimento seco con húmedo. Permite aprovechar lo mejor de ambos formatos y es una de las opciones más populares.
  • Dieta BARF: se basa en ofrecer alimentos crudos, buscando imitar la alimentación natural de los animales en estado salvaje.
  • Feed clean: apuesta por una dieta natural, sin aditivos innecesarios, con ingredientes sostenibles y mínimamente procesados.

Los alimentos húmedos, como las latas, suelen ser más palatables y digestibles, además de aportar hidratación pasiva, lo que es especialmente útil para gatos que no beben mucha agua. También son más saciantes, por lo que pueden ayudar a prevenir el sobrepeso. Sin embargo, pueden favorecer la aparición de sarro si no se compensa con una adecuada higiene dental.

Por otro lado, el pienso seco tiene la ventaja de limpiar mejor los dientes, ya que produce menos placa. Además, algunos incorporan ingredientes como sales de polifosfatos que ayudan a prevenir el sarro. Estos productos, si son de buena calidad, están perfectamente equilibrados y formulados para cubrir todas las necesidades del animal.

También existen alimentos deshidratados o evaporados, que concentran los nutrientes al eliminar el agua. Algunos de estos productos ofrecen una excelente calidad, aunque otros no tanto. Por eso, el etiquetado y la fiabilidad de la marca juegan un papel fundamental.

Dieta BARF: una moda con riesgos

Una de las opciones más debatidas es la dieta BARF (Biologically Appropriate Raw Food), también conocida como ACBA (Alimentos Crudos Biológicamente Apropiados). Esta dieta se basa en ofrecer alimentos crudos, incluyendo huesos, vísceras, carne, huevos, leche y vegetales. Si bien muchos defensores argumentan que es lo más natural para los animales, los riesgos asociados son importantes.

Estudios realizados en universidades europeas, como Utrecht en los Países Bajos y Uppsala en Suecia, han señalado que la dieta BARF puede contener bacterias peligrosas como Salmonella o Escherichia coli, así como parásitos como el Toxoplasma gondii. Estos patógenos no solo representan un peligro para las mascotas, sino también para las personas, especialmente niños, ancianos o inmunodeprimidos. Las bacterias pueden ser excretadas en las heces y contaminar el entorno. Y algo que muchos desconocen: la congelación no elimina todos estos microorganismos.

Esto no significa que todas las dietas BARF sean perjudiciales, pero sí que requieren una preparación extremadamente cuidadosa, bajo asesoramiento veterinario. Además, deben estar equilibradas en cuanto a nutrientes y no dejar librado al azar el tipo o proporción de alimentos ofrecidos.


A la hora de elegir cómo alimentar a nuestra mascota, debemos tener en cuenta múltiples factores y no dejarnos llevar por modas o publicidades llamativas. Lo fundamental es asegurarse de que la dieta sea completa, equilibrada, segura y adaptada al animal. Cada perro y cada gato tiene sus propias necesidades, por lo que no existe una fórmula universal.

La decisión sobre su alimentación no debería tomarse a la ligera. El consejo de un veterinario es siempre el mejor punto de partida. Con su orientación, podremos elegir el tipo de comida que mejor le siente a nuestra mascota, mejorar su calidad de vida y acompañarla de la mejor manera durante todas las etapas de su existencia.