¿Cómo mejorar la velocidad de conexión de tu router?
Has probado de todo: reiniciar el router, cambiar el canal WiFi, moverlo de lugar para buscar una mejor cobertura… pero nada parece funcionar. La señal sigue siendo inestable, las descargas tardan una eternidad, las videollamadas se entrecortan y la navegación no está a la altura de lo que pagas cada mes. Este escenario es más común de lo que piensas, y aunque tu primera sospecha pueda ser que la operadora no está cumpliendo con la velocidad prometida o que hay una avería general, existe un detalle técnico que muchas personas desconocen y que podría estar frenando tu conexión sin que te des cuenta.
Este detalle tiene que ver con un ajuste interno del router WiFi que suele venir activado por defecto: la compatibilidad con el protocolo WiFi 802.11b/g. Aunque suene a algo técnico y lejano, desactivarlo puede marcar una diferencia importante en la velocidad y estabilidad de tu red doméstica.
¿Qué son los protocolos WiFi y por qué importan?
Todos los dispositivos que se conectan a internet sin cables, incluido tu router, utilizan estándares o protocolos WiFi para comunicarse. Estos protocolos son como “idiomas” que definen la velocidad, la frecuencia y la forma en la que los datos viajan entre el router y los dispositivos.
Con el paso de los años, la tecnología WiFi ha evolucionado: hoy en día existen protocolos como WiFi 4 (802.11n), WiFi 5 (802.11ac), WiFi 6 y WiFi 6E, que ofrecen velocidades muy superiores al gigabit, menor latencia y una gestión más eficiente de múltiples dispositivos conectados al mismo tiempo.
El problema es que muchos routers, incluso los modernos, todavía incluyen compatibilidad con protocolos antiguos como 802.11b y 802.11g, que aparecieron hace más de dos décadas, cuando tener WiFi en casa era algo inusual. Aunque ya no son necesarios para la mayoría de los hogares, los fabricantes y operadores los mantienen activados “por si acaso” todavía haya algún dispositivo que los necesite.
¿Por qué los protocolos antiguos ralentizan tu conexión?
Mantener activados estos estándares antiguos no es inocuo. Cuando el router tiene habilitada la compatibilidad con 802.11b/g, se ve obligado a emitir parte de sus señales a la velocidad mínima de estos protocolos. Esto incluye el envío de balizas, pequeños paquetes de datos que permiten a los dispositivos detectar que hay una red disponible.
El problema es que estas balizas se transmiten en el “idioma” más lento posible, el del WiFi 802.11b. Esto consume tiempo de emisión y, aunque tengas un teléfono de última generación con WiFi 6, la red entera se ve afectada porque el router sigue actuando como si estuviera en el año 2001.
Esta limitación se nota especialmente en la banda de 2.4 GHz, que es la más utilizada por muchos dispositivos del hogar como impresoras, cámaras de seguridad, dispositivos de domótica o móviles más antiguos. Esta banda, además, es más propensa a sufrir interferencias y saturación debido a que es compartida por muchas redes cercanas. Si a eso le sumas que debe trabajar con protocolos obsoletos, es normal experimentar cortes, lentitud o microcortes sin una causa aparente.
¿Cómo desactivar la compatibilidad con 802.11b/g?
Si quieres mejorar el rendimiento de tu red, desactivar estos protocolos puede ser una solución rápida y efectiva. El proceso varía un poco según la marca y el modelo de tu router, pero los pasos generales son los siguientes:
- Accede a la configuración del router. Abre un navegador web y escribe en la barra de direcciones
192.168.1.1
o192.168.0.1
. La dirección exacta dependerá del modelo de tu equipo. - Inicia sesión. Usa el usuario y la contraseña de administrador. Si nunca los has cambiado, suelen estar escritos en una etiqueta en la parte inferior del router.
- Busca la sección de ajustes inalámbricos. Puede aparecer con nombres como Wireless, WiFi o Red inalámbrica.
- Localiza la configuración de la banda de 2.4 GHz. Dentro de esta sección, busca la opción de Modos compatibles o Estándares WiFi.
- Cambia los protocolos permitidos. Configura la banda para que solo utilice WiFi 4 (802.11n) o superiores. Desactiva cualquier opción que incluya 802.11b o 802.11g.
- Guarda los cambios y reinicia el router. Esto aplicará la nueva configuración y tu red empezará a funcionar sin las limitaciones de los protocolos antiguos.
En algunos fabricantes, como ASUS, esta opción está claramente visible en la configuración avanzada. En otros, como AVM o TP-Link, puede estar algo más escondida, pero siempre está dentro del apartado de ajustes inalámbricos.
Precauciones antes de hacer el cambio
Debes tener en cuenta que, si tienes algún dispositivo muy antiguo que solo sea compatible con 802.11b/g, este dejará de poder conectarse a tu red. Sin embargo, hoy en día es poco probable que dependas de un equipo tan viejo, ya que la mayoría de los dispositivos fabricados en los últimos diez años soportan estándares más modernos.
Si llegas a tener un aparato antiguo que no se pueda conectar, podrías crear una red secundaria en un router viejo para ese equipo, pero mantener la principal libre de estas limitaciones.
¿Qué mejoras puedes esperar?
El cambio se nota prácticamente de inmediato. Al eliminar los protocolos obsoletos, tu red se libera de las emisiones lentas que ralentizan todo el tráfico. Esto se traduce en un mejor aprovechamiento del ancho de banda disponible y en una mayor eficiencia al gestionar múltiples conexiones simultáneas.
En la práctica, esto significa que:
- Las descargas serán más rápidas y estables.
- Las videollamadas tendrán menos cortes y mejor calidad de imagen.
- Los juegos online responderán con menor latencia.
- La experiencia de navegación será más fluida en todos los dispositivos.
Además, al optimizar el funcionamiento de la banda de 2.4 GHz, tus dispositivos de domótica o impresoras conectadas a esa frecuencia funcionarán con mayor estabilidad.
Otras recomendaciones para mejorar tu WiFi
Aunque desactivar 802.11b/g puede suponer un gran cambio, también puedes combinarlo con otras prácticas para mejorar tu conexión:
- Ubicar el router en un lugar central y libre de obstáculos.
- Evitar interferencias manteniéndolo alejado de microondas, teléfonos inalámbricos y otros aparatos que usen la misma frecuencia.
- Actualizar el firmware del router para asegurarte de que tienes las últimas mejoras de seguridad y rendimiento.
- Usar la banda de 5 GHz siempre que sea posible, ya que ofrece mayores velocidades y menos interferencias (aunque con menor alcance que la de 2.4 GHz).
Con estos ajustes, podrás aprovechar al máximo la velocidad que estás pagando y dejar atrás la frustración de una conexión lenta o inestable.