Cómo preparar la auténtica lasaña a la boloñesa paso a paso
Pocos platos italianos despiertan tanto entusiasmo como la lasaña a la boloñesa. Esa combinación irresistible de capas de pasta, salsa de carne, bechamel y queso gratinado ha conquistado el mundo y se ha ganado un lugar especial tanto en los restaurantes más elegantes como en las mesas familiares. Su origen se remonta a la región de Emilia-Romaña, en el norte de Italia, cuna de la gastronomía más reconfortante y generosa del país.
La lasaña —o lasagna alla bolognese, como se conoce en su tierra natal— es un plato que requiere tiempo, mimo y buenos ingredientes, pero el resultado vale cada minuto invertido. Prepararla en casa es un auténtico homenaje a la cocina italiana: aromas que llenan la casa, capas perfectamente montadas y ese primer corte en el que se mezclan todos los sabores.
A continuación, te explicamos cómo elaborar una lasaña boloñesa tradicional con sus tres componentes esenciales: el ragù alla bolognese, la salsa bechamel y las láminas de pasta fresca.
1. El ragù alla bolognese
La salsa boloñesa es el alma de esta receta. Se trata de una cocción lenta y aromática de carne picada con verduras y tomate. Aunque hoy existen muchas versiones, la auténtica receta italiana se basa en ingredientes sencillos y una cocción prolongada que da lugar a una salsa densa, sabrosa y con un sabor profundo.
Ingredientes:
- 300 g de apio
- 300 g de zanahoria
- 300 g de cebolla
- 1 kg de carne picada de vaca
- 1 kg de tomates San Marzano pelados (o tomates pera maduros)
- 50 g de concentrado de tomate
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
- Pica finamente el apio, la zanahoria y la cebolla. Estos tres ingredientes, conocidos como soffritto, son la base aromática del ragú.
- En una olla amplia, sofríe las verduras a fuego medio con un buen chorro de aceite de oliva hasta que estén muy tiernas y ligeramente doradas.
- Sube el fuego y añade la carne picada. Cocínala hasta que pierda el color rosado y esté bien dorada. Este paso es crucial: el tostado aporta profundidad y sabor.
- Incorpora el concentrado de tomate y cocina unos minutos para que se tueste ligeramente.
- Añade los tomates pelados y troceados a mano, mezcla bien y salpimienta al gusto.
- Deja que la salsa cueza a fuego muy suave durante 3 o 4 horas, removiendo de vez en cuando. La cocción lenta permitirá que los sabores se integren y que la salsa adquiera esa textura melosa tan característica.
- Al final, rectifica de sal y reserva.
Consejo: si lo deseas, puedes añadir un chorrito de vino tinto o un poco de leche al inicio de la cocción, como hacen en algunas versiones tradicionales boloñesas. Estos ingredientes suavizan la acidez del tomate y redondean el sabor.
2. La bechamel perfecta
La salsa bechamel es el complemento cremoso que une las capas de la lasaña y equilibra la potencia del ragú. Su textura debe ser sedosa y ligeramente espesa, sin grumos.
Ingredientes:
- 1 litro de leche entera
- 80 g de mantequilla
- 80 g de harina de trigo
- Nuez moscada al gusto
- Sal
Elaboración:
- En un cazo grande, derrite la mantequilla a fuego medio.
- Añade la harina y remueve constantemente durante 1 o 2 minutos para formar un roux. Este paso elimina el sabor a crudo de la harina.
- Incorpora la leche caliente poco a poco, sin dejar de batir con unas varillas para evitar grumos.
- Agrega una pizca generosa de nuez moscada y la sal.
- Cocina a fuego medio-bajo, removiendo, hasta que la salsa espese y adquiera una textura suave y cremosa.
Cuando esté lista, resérvala cubierta con film transparente en contacto con la superficie para que no forme costra.
3. La pasta y el queso
Para una lasaña realmente deliciosa, lo ideal es usar láminas de pasta fresca. Si son muy finas y recién hechas, puedes colocarlas directamente en el molde. En caso de utilizar pasta comercial seca o más gruesa, escalda cada lámina un minuto en agua con sal, luego enfríala en agua fría y sécala bien antes de usar.
El queso por excelencia para esta receta es el Parmesano rallado (Parmigiano Reggiano), aunque algunos cocineros también añaden un poco de mozzarella o provolone para darle un toque más fundente.
4. Montaje de la lasaña
El momento de montar la lasaña es casi un ritual. Conviene hacerlo con paciencia para que las capas queden uniformes y el resultado final sea equilibrado.
- Precalienta el horno a 180 °C.
- Unta ligeramente un molde o fuente de horno con mantequilla o aceite de oliva.
- Extiende una fina capa de bechamel en la base: evitará que la pasta se pegue.
- Coloca una lámina de pasta y cúbrela con una capa generosa de ragú boloñés.
- Añade una capa de bechamel y espolvorea con Parmesano rallado.
- Repite este proceso varias veces —pasta, ragú, bechamel, queso— hasta llenar el molde.
- Finaliza con una última capa abundante de bechamel y una buena cantidad de queso para obtener un gratinado dorado y crujiente.
5. Horneado y presentación
Hornea la lasaña durante 20 minutos a 180 °C para que se caliente por completo y los sabores se integren. Luego sube la temperatura a 200 °C y gratina durante unos 10 minutos más, hasta que la superficie esté bien dorada y burbujeante.
Antes de servir, deja que la lasaña repose al menos 10 minutos fuera del horno. Esto permite que las capas se asienten y que al cortarla mantenga su forma perfecta.
Preparar una lasaña boloñesa es mucho más que seguir una receta: es una experiencia que combina paciencia, tradición y amor por la buena mesa. No hay atajos para conseguir ese sabor profundo y reconfortante que ha convertido a este plato en un clásico mundial. Cada capa cuenta una historia de la cocina italiana, y cada bocado recuerda que las mejores cosas, como la buena comida, requieren su tiempo.



