El inolvidable actor mexicano que enfrentó 12 cirugías por cáncer y se despidió mientras dormía

El mundo del espectáculo mexicano perdió a uno de sus íconos más queridos el 2 de junio de 2020, cuando se confirmó la partida de Héctor Suárez, un actor y comediante que dejó una huella imborrable en la historia del cine, la televisión y el teatro. Con su estilo directo y su humor cargado de crítica social, logró algo poco común: hacer reír y reflexionar al mismo tiempo. Sin embargo, detrás del artista valiente y carismático se escondía una historia de dolor, superación y lucha, marcada por una dura batalla contra el cáncer y por el esfuerzo de vencer sus propias adicciones.

Considerado un pionero de la comedia social en México, Héctor Suárez comenzó su carrera en la década de los 70 y rápidamente se destacó por su capacidad para retratar con ironía los problemas del país. Programas como “¿Qué nos pasa?” o “Verdá o fixión” marcaron un antes y un después en la televisión mexicana. En ellos, el actor dio vida a personajes que se convirtieron en clásicos de la cultura popular, como “Doña Zoyla”, “El Flanagan” o “El Burócrata”, todos diseñados para exhibir, con humor, los vicios y virtudes de la sociedad mexicana.

En el cine, alcanzó su máximo reconocimiento con la película “El mil usos” (1981), donde interpretó a un trabajador que simbolizaba la lucha constante del mexicano común por sobrevivir ante la desigualdad y la falta de oportunidades. Aquella actuación no solo consolidó su prestigio artístico, sino que también lo transformó en un símbolo de esfuerzo, dignidad y resistencia.

Pero la vida del actor no estuvo libre de pruebas. En 2015, Héctor Suárez recibió una noticia que cambiaría su rumbo para siempre. Según relató su hijo Héctor Suárez Gomís, aquel 4 de septiembre fue un día que marcó a la familia: “Mi papá me llamó para decirme que tenía cáncer en la vejiga”. A partir de entonces comenzó una lucha intensa y silenciosa que lo llevó a someterse a doce cirugías en apenas cuatro años.

Pese a los tratamientos y al dolor, nunca se rindió. Suárez continuó trabajando en teatro, televisión y proyectos personales, manteniendo siempre el humor y la fortaleza que lo caracterizaban. “Este guerrero cumplió con cada compromiso de ‘Los locos Suárez’ y después con ‘La señora Presidenta’”, recordó su hijo con admiración. Incluso en los momentos más difíciles, el comediante se negaba a cancelar funciones o defraudar a su público.

En noviembre de 2019, durante una entrevista con medios, el actor anunció con una sonrisa que había vencido al cáncer: “Ya me curé, bendito el cielo, ya no tengo cáncer. Cuatro años, doce operaciones, ya estamos bien”. Sin embargo, pocos meses después, su cuerpo finalmente pidió descanso. Partió de manera serena, mientras dormía, dejando un vacío profundo en la comedia mexicana y en los corazones de quienes lo admiraban.

Antes de su batalla contra el cáncer, Héctor Suárez ya había librado otra guerra igualmente dura: la de su adicción al alcohol. El propio actor confesó haber pasado 25 años luchando contra esta dependencia, una etapa que definió como “autodestructiva”. En una entrevista con Gustavo Adolfo Infante, recordó cómo logró salir de ese abismo: “En 1978 entro a Alcohólicos Anónimos, bendito sea, y vuelvo a nacer. Ya había llegado a un punto en que tenía delirios auditivos, escuchaba voces incluso en escena”.

Gracias al apoyo de su entonces pareja, Pepita Gomís, quien se involucró activamente en su proceso de recuperación, Héctor logró mantenerse sobrio hasta el final de sus días. “Ella se convirtió en una gran ‘Al-anona’, una mujer que ayuda a su marido alcohólico”, reconoció con gratitud.

Esa historia de lucha y redención inspiró a muchos que, como él, enfrentaban batallas internas. Suárez se convirtió en un ejemplo de que la fortaleza y el sentido del humor pueden ser aliados incluso en los momentos más oscuros.

Hoy, a más de cinco años de su partida, el legado de Héctor Suárez sigue más vivo que nunca. Sus personajes, sus frases y su valentía al abordar temas sociales con inteligencia y sarcasmo continúan inspirando a nuevas generaciones de actores y comediantes. Detrás del humorista provocador, existió un hombre que enfrentó la vida con coraje y se despidió en paz, dejando tras de sí una lección de resiliencia, talento y humanidad.