El Vaticano confirma la fecha y hora del funeral por el papa Francisco

La muerte del papa Francisco ha conmocionado al mundo entero y ha puesto todas las miradas sobre el Vaticano, que ya ha comenzado a organizar los actos fúnebres para despedir al Sumo Pontífice. Fue el lunes 21 de abril de 2025, a las 7:35 de la mañana, cuando el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Sede y prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, anunció oficialmente el fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio, el papa que revolucionó la Iglesia católica con su estilo cercano, humilde y reformista.

Tan solo un día después del anuncio, el Vaticano ha confirmado que el funeral por el papa Francisco se celebrará el sábado 26 de abril, a las 10 de la mañana, en la majestuosa Basílica de San Pedro. Esta ceremonia marcará el cierre de una etapa clave en la historia reciente del catolicismo y será seguida por millones de fieles en todo el planeta, tanto presencialmente como a través de medios de comunicación.

Una despedida multitudinaria

Según han informado diversos medios italianos, se espera que cerca de medio millón de personas lleguen a Roma para participar en el último adiós al pontífice argentino. Fieles provenientes de diferentes rincones del mundo, muchos de ellos conmovidos por la figura de Francisco, se preparan para rendir homenaje al primer papa latinoamericano, que durante más de una década estuvo al frente de la Iglesia católica promoviendo el diálogo interreligioso, la justicia social y el cuidado del medio ambiente.

La ceremonia también contará con la presencia de numerosos líderes mundiales. Hasta ahora, ya han confirmado su asistencia cerca de 70 jefes de Estado y de Gobierno, además de una decena de monarcas. Esta cifra recuerda a la enorme congregación internacional que se reunió en Roma para despedir a Juan Pablo II en 2005. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha cancelado su agenda internacional de los próximos días para asistir personalmente al funeral. También viajarán a Roma el presidente francés Emmanuel Macron, el mandatario estadounidense Donald Trump junto a su esposa Melania, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, entre otros dirigentes internacionales.

El último viaje del pontífice

Actualmente, los restos mortales del papa Francisco descansan en la capilla de la Casa Santa Marta, el lugar donde residía dentro del Vaticano. Según lo comunicado por las autoridades vaticanas, mañana jueves 24 de abril, a las 9:00 de la mañana, el féretro será trasladado a la Basílica de San Pedro, donde se llevará a cabo la capilla ardiente y posteriormente el funeral.

Antes del traslado, el cardenal Kevin Farrell presidirá una oración solemne. Este acto tendrá lugar en la Casa Santa Marta, sede del papa durante su pontificado, y marcará el inicio de las honras fúnebres. El cuerpo del Santo Padre será conducido en procesión por un recorrido que incluirá la Piazza Santa Marta y la Piazza dei Protomartiri Romani. Desde el Arco de las Campanas, la procesión saldrá a la Plaza de San Pedro y accederá al interior de la Basílica Vaticana a través de la puerta central.

Una vez que el féretro sea colocado ante el altar de la Confesión, el cardenal camarlengo presidirá una liturgia de la palabra. A partir de ese momento, la capilla ardiente quedará abierta al público durante tres días. Se espera una afluencia masiva de fieles que desean despedirse de quien fue para muchos una figura espiritual de gran cercanía y carisma.

Exequias con un sello personal

El papa Francisco dejó instrucciones claras sobre cómo deseaba que fueran sus exequias. Fiel a su estilo sobrio y humilde, solicitó que la ceremonia fuera sencilla y que se alejara de los protocolos pomposos que en el pasado caracterizaron el adiós a los pontífices.

Uno de los cambios más significativos que introdujo en el rito fue la eliminación del tradicional uso de tres ataúdes. En lugar de emplear el ataúd de ciprés, el de plomo y el de nogal —símbolo de protección y dignidad papal—, el papa Francisco pidió ser sepultado en un único féretro. Asimismo, renunció al uso del catafalco, la plataforma elevada en la que solían presentarse los restos del papa para la veneración pública. Estos cambios, estipulados por él mismo en abril de 2024 y publicados oficialmente en noviembre del mismo año en el documento Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, buscan reforzar una visión más espiritual y menos ceremonial de la despedida papal.

Según lo indicado en el mencionado documento, el papa Francisco quiso “simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del obispo de Roma expresara con mayor claridad la fe de la Iglesia en Cristo resucitado”. Así, el énfasis se desplazó de la figura del papa como jefe de Estado o autoridad mundial, hacia la visión del pontífice como un pastor y discípulo de Cristo, cercano a su pueblo y a los valores evangélicos.

Sepultura en Santa María la Mayor

Una vez finalizado el funeral en la Basílica de San Pedro, el cuerpo de Francisco será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, una decisión que también obedece a su voluntad. Este gesto tiene un profundo significado espiritual, ya que el papa visitaba con frecuencia esa iglesia romana desde el inicio de su pontificado. Allí acudía antes y después de cada viaje apostólico para rezar ante la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, a quien tenía una profunda devoción.

Al optar por descansar en Santa María la Mayor, el papa Francisco rompe otra tradición, puesto que la mayoría de los pontífices recientes han sido enterrados en las grutas vaticanas, debajo de la Basílica de San Pedro. Sin embargo, su decisión refleja una vez más su deseo de sencillez, cercanía al pueblo y devoción mariana.

Un legado que trasciende

El papa Francisco será recordado como uno de los líderes religiosos más influyentes del siglo XXI. Su pontificado, iniciado en marzo de 2013, estuvo marcado por su compromiso con los más pobres, su lucha contra la corrupción dentro de la Iglesia, su apertura al diálogo con otras religiones y su constante llamado a cuidar el planeta como “casa común”. Su estilo pastoral rompió con muchos esquemas tradicionales, lo que le valió tanto el cariño como la crítica de diversos sectores.

Ahora, con su partida, se abre el tiempo conocido como “sede vacante”, en el que la Iglesia católica se prepara para elegir a su sucesor en un nuevo cónclave. Hasta entonces, el cardenal Farrell ejercerá las funciones temporales que le corresponden como camarlengo, asegurando la continuidad de las labores administrativas del Vaticano.

Mientras tanto, Roma se convierte en el centro espiritual del mundo, con miles de fieles acudiendo a despedirse de un papa que eligió la humildad como camino, la compasión como bandera y el Evangelio como guía.