Ideas deliciosas con ricotta para incluir en tu dieta

La ricotta, ese queso blanco suave y de textura ligeramente granulosa tan apreciado en la cocina italiana, esconde más de lo que parece a simple vista. En realidad, no es un queso en el sentido tradicional, ya que se elabora a partir del suero que queda tras producir otros quesos. Ese suero fermenta con bacterias lácticas, lo que le da su sabor suave, y por eso, técnicamente, puede describirse como un derivado lácteo. De todas formas, su uso culinario y su nombre ya están muy arraigados como “queso ricotta”, y su versatilidad lo convierte en un aliado delicioso en muchas preparaciones.

Hay variaciones interesantes: la ricotta puede elaborarse con suero de leche de vaca (la más común), pero también se encuentra hecha a partir de leche de cabra, oveja o incluso de búfala, cada una con ligeros matices de sabor y textura. Algunas versiones son más cremosas, otras más secas, otras más ligeras, según el contenido de suero residual, el proceso y el tipo de leche. En general, ofrece un perfil nutricional atractivo: aporta proteínas de buena calidad, calcio, algunas vitaminas del grupo B (incluida la B12), y suele tener menos grasas saturadas y sal que los quesos curados. Esto la convierte en una opción interesante si estás buscando alternativas lácteas más suaves o ligeras en tu alimentación.

Pero lo que más la hace atractiva es su versatilidad: puede aparecer tanto en recetas dulces como saladas, en desayunos, aperitivos, platos principales o postres. Aquí te comparto siete ideas deliciosas con ricotta que puedes incorporar a tu dieta, con instrucciones sencillas para que las pruebes en casa.

1. Ensalada de rúcula, fresas y ricotta

Una opción fresca, rápida, vistosa y nutritiva, perfecta para una comida ligera o cena saludable.

Ingredientes

  • 150 g de rúcula
  • 8 fresas grandes maduras
  • 150 g de ricotta
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre (puede ser balsámico u otro de tu gusto)
  • Sal
  • Pimienta

Preparación

  1. Lava bien las fresas, retira el tallo y córtalas en láminas finas.
  2. Lava y seca la rúcula, colócala en una ensaladera.
  3. Añade las láminas de fresa y distribuye trozos o cucharadas de ricotta por encima, a modo de “islas suaves”.
  4. Aliña con una vinagreta sencilla hecha con aceite, vinagre, sal y un toque de pimienta.
  5. Mezcla suavemente y sirve de inmediato.

El contraste entre lo ligeramente picante de la rúcula, lo dulce de la fresa y la suavidad de la ricotta crea una experiencia muy agradable. Puedes agregar nueces o semillas para un crujiente extra.

2. Canelones rellenos de ricotta y champiñones con salsa de tomate

Un plato reconfortante que combina la ligereza de la ricotta con el sabor umami de los champiñones y la robustez de una buena salsa casera.

Ingredientes

Para el relleno

  • 300 g de ricotta
  • 200 g de champiñones frescos
  • 2 cebolletas
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta

Para los canelones

  • 16 láminas de canelones (precocidas o las que indique el paquete)

Para la salsa de tomate

  • 1 kg de tomates maduros
  • 1 diente de ajo
  • 1 cebolla
  • Aceite de oliva
  • Sal, pimienta y una pizca de azúcar (opcional, para corregir la acidez)

Preparación

  1. Para la salsa: escalda los tomates en agua caliente durante un minuto, luego pélalos y quita las semillas. Pica la pulpa.
  2. Pica la cebolla y el ajo, sofríe en una cazuela con aceite hasta que estén suaves.
  3. Agrega el tomate picado, sal, pimienta y un poco de azúcar si hace falta. Cocina a fuego lento unos 25‑30 minutos, removiendo de vez en cuando.
  4. Mientras tanto, limpia y pica los champiñones y las cebolletas. En una sartén con un chorrito de aceite, saltéalos hasta que estén tiernos.
  5. Añade la ricotta a esa preparación, mezcla bien y ajusta sal y pimienta.
  6. Cocina las láminas de canelón según las instrucciones del paquete.
  7. Rellena cada canelón con la mezcla de ricotta y champiñones.
  8. Colócalos en una bandeja para horno o platos individuales, vierte un poco de salsa de tomate encima y, si lo deseas, un ligero toque de queso rallado (light) para gratinar.
  9. Hornea ligeramente para calentar todo y servir.

Este plato resulta reconfortante pero no pesado, pues la ricotta aligera la mezcla frente a otras versiones más grasosas.

3. Pepinos rellenos de ricotta y chile

Ideal como aperitivo refrescante o como snack saludable, esta receta combina frescura con un toque picante sutil.

Ingredientes

  • 2 pepinos
  • 8 cucharadas de ricotta
  • 1 chile rojo (opcional)
  • Un chorrito de zumo de limón
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta
  • Hierbas aromáticas frescas (cilantro, perejil, menta, albahaca…)

Preparación

  1. Lava los pepinos, corta los extremos y pela parte de la piel dejando tiras si quieres efecto decorativo.
  2. Mezcla en un bol la ricotta con el zumo de limón, un poco de aceite de oliva, sal y pimienta.
  3. Corta los pepinos en tres segmentos iguales, cavas el centro de cada tramo para crear cilindros.
  4. Rellena cada cilindro con la mezcla de ricotta.
  5. Decora con una rodaja fina de chile sobre cada uno y algunas hojas frescas de hierbas.
  6. Sirve frío o a temperatura ambiente.

Es una opción que aporta hidratación, frescura y sabor, perfecta para días cálidos o para picar algo sano.

4. Bowl de melocotón, ricotta y almendras

Una maravilla dulce‑suave para el desayuno, brunch o merienda saludable.

Ingredientes

  • 2 melocotones maduros
  • Ricotta
  • Almendras (enteras y unas cuantas picadas)
  • Miel (o jarabe ligero al gusto)
  • Hojas de menta fresca para decorar

Preparación

  1. Lava, pela y corta los melocotones en gajos o cubos.
  2. En un cuenco individual, coloca una base de ricotta.
  3. Añade los trozos de melocotón alrededor o sobre la ricotta.
  4. Agrega almendras picadas y algunas enteras para textura.
  5. Riega con un poco de miel al gusto.
  6. Decora con hojas frescas de menta.

Este bowl combina texturas —cremosidad, fruta dulce, crocancia— y es una forma agradable de incorporar la ricotta en una preparación dulce pero saludable.

5. Tostadas de centeno con ricotta y tomates secos

Una opción sencilla pero sabrosa para el desayuno o una comida rápida, ideal para combinar salado, textura y frescura.

Ingredientes

  • 2 rebanadas de pan de centeno con semillas
  • 4 cucharadas de ricotta
  • Tomates secos en aceite (escurridos)
  • Alcaparras
  • Perejil fresco o alguna hierba que te guste (rúcula, albahaca…)
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal (suave)

Preparación

  1. Tuesta las rebanadas de pan en tostadora o en sartén caliente.
  2. Unta una capa generosa de ricotta sobre cada rebanada.
  3. Coloca sobre cada una dos o tres tomates secos (si están muy grandes, córtalos).
  4. Añade unas alcaparras al gusto.
  5. Espolvorea con perejil fresco o hierbas aromáticas.
  6. Finaliza con un hilo de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal suave (o prescinde de ella si los tomates ya aportan sabor).

Estas tostadas ofrecen un buen balance entre lo sabroso y lo ligero, perfectas para disfrutar con un café o té.

6. Cannoli sicilianos rellenos de ricotta

Si quieres un postre tradicional, los cannoli son uno de los clásicos italianos donde la ricotta realmente brilla. Esta receta combina masa crujiente con relleno suave dulce.

Ingredientes

Masa

  • 250 g de harina
  • 40 g de azúcar glas
  • 50 g de manteca de cerdo (o mantequilla si prefieres una versión más ligera)
  • 1 huevo
  • 60 g de vino dulce
  • 1 pizca de sal
  • Aceite para freír
  • Azúcar glas para espolvorear

Relleno

  • 500 g de ricotta bien escurrida
  • 125 g de azúcar glas
  • 75 g de pistachos picados (o nueces, almendras)

Preparación

  1. Tamiza la harina con el azúcar glas y colócala en un cuenco.
  2. Añade la manteca (o mantequilla) y la sal, mezcla hasta lograr una textura arenosa.
  3. Incorpora el huevo y luego el vino dulce. Amasa hasta formar una masa suave que se despegue del bol.
  4. Deja reposar en frío una hora.
  5. Estira la masa muy fina sobre una superficie enharinada.
  6. Corta círculos y, usando moldes cilíndricos engrasados, enrolla la masa para formar los tubos.
  7. Fríe en abundante aceite caliente hasta que estén dorados, escurre sobre papel absorbente y retira los moldes.
  8. Mientras enfrían, prepara el relleno: bate la ricotta con azúcar glas hasta obtener una crema suave.
  9. Llena los tubos fritos con esa crema usando manga pastelera.
  10. Espolvorea con pistachos picados y un poco más de azúcar glas justo antes de servir.

Estos cannoli son un placer ocasional, una muestra perfecta de cómo la ricotta puede brillar en lo dulce.


La ricotta es una de esas joyas culinarias discretas: pocas veces acapara reflectores, pero es tremendamente versátil. Con estas seis recetas que van del aperitivo, al plato principal, al desayuno saludable y al postre tradicional, tienes muchas formas de introducirla en tu dieta sin monotonía. Y lo mejor: aprovechando su perfil nutritivo más ligero frente a quesos más duros.