Sisifemia: el nuevo burnout laboral que atrapa en un ciclo sin fin
En la actualidad, cada vez más personas se sienten atrapadas por las demandas de su entorno laboral, ya sea por presiones internas o impuestas desde fuera. Aunque el “burnout” o síndrome de agotamiento laboral es un término ya conocido y estudiado, un nuevo concepto ha surgido para describir una situación similar pero con características propias: la sisifemia. Este término se inspira en la figura mitológica de Sísifo, quien fue condenado por los dioses a empujar una enorme roca colina arriba, solo para verla rodar cuesta abajo una y otra vez, repitiendo este ciclo eterno sin llegar nunca a un resultado definitivo. En el contexto laboral, la sisifemia describe a aquellos trabajadores que, como Sísifo, enfrentan una carga de trabajo interminable y agotadora, atrapados en la búsqueda constante de éxito y validación, pero sin una recompensa tangible que lo justifique.
¿Qué es la sisifemia y cómo se origina?
El término “sisifemia” es reciente y toma como referencia la historia de Sísifo, un personaje condenado a una labor sin fin que, a pesar de su esfuerzo, no le permite alcanzar ninguna satisfacción duradera. La sisifemia representa a trabajadores que, al igual que Sísifo, se ven inmersos en un ciclo repetitivo de esfuerzo, donde los logros se desvanecen y la meta siempre parece estar un paso más allá. En este contexto, el trabajo se convierte en un proceso interminable que lleva a la fatiga y la desmotivación. Las personas afectadas por la sisifemia pueden experimentar jornadas prolongadas y agotadoras, llenas de tareas que carecen de un propósito claro o de un impacto significativo, lo que acentúa la sensación de esfuerzo sin recompensa.
Este fenómeno también puede observarse como un reflejo de las altas expectativas que tanto las personas como las organizaciones colocan sobre los trabajadores. En una sociedad que constantemente premia la productividad y la perfección, muchos empleados sienten la necesidad de demostrar su valor a través de una dedicación excesiva al trabajo. Sin embargo, cuando los logros no se corresponden con el esfuerzo invertido, surge una profunda insatisfacción y agotamiento. En lugar de verse recompensados, los trabajadores con sisifemia se enfrentan a la frustración, lo que puede llevarlos a desarrollar un desgaste emocional y físico similar al burnout, pero con un énfasis particular en la futilidad de sus esfuerzos.
¿Cuáles son los síntomas de la sisifemia?
La sisifemia afecta no solo la salud física, sino también el bienestar mental y emocional de quienes la padecen. Sus síntomas pueden variar, pero tienden a incluir:
- Búsqueda incesante de validación externa: Las personas con sisifemia suelen depender de la aprobación de sus superiores o de los elogios de sus colegas para sentirse valoradas. Este anhelo de reconocimiento se convierte en una necesidad constante.
- Perfeccionismo y autoexigencia desmedida: La sisifemia va de la mano con un alto grado de autoexigencia. Los afectados sienten que deben alcanzar resultados perfectos en cada tarea, y la falta de este ideal los conduce a la frustración.
- Aislamiento social: El agotamiento y el enfoque extremo en el trabajo pueden llevar a una desconexión de los demás. Muchos trabajadores con sisifemia tienden a aislarse, limitando sus relaciones fuera del ámbito laboral.
- Fatiga física y mental: Este es uno de los síntomas más evidentes. La exigencia constante y la falta de resultados satisfactorios llevan a un cansancio profundo, que se traduce en dificultades para mantener la energía durante el día.
- Dificultad para concentrarse y problemas de memoria: La fatiga mental derivada de la sisifemia puede dificultar la concentración y afectar la memoria a corto plazo, dificultando la realización de tareas cotidianas.
- Problemas para dormir: El agotamiento y el estrés también pueden generar insomnio o dificultad para tener un sueño reparador, lo que perpetúa el ciclo de cansancio.
- Incapacidad para desconectarse del trabajo: La mente de quienes sufren de sisifemia permanece anclada en las tareas pendientes o en la búsqueda de soluciones, incluso fuera del horario laboral.
- Desánimo y sensación de incapacidad: La falta de resultados satisfactorios puede llevar a una pérdida de confianza en las propias habilidades y una sensación de inutilidad ante las tareas diarias.
- Ansiedad y episodios de depresión: En casos graves, la sisifemia puede derivar en ansiedad o depresión, dificultando aún más la calidad de vida y la salud emocional del trabajador.
Estos síntomas afectan tanto el bienestar personal como las relaciones interpersonales de quienes sufren este desgaste. La fatiga y la irritabilidad impactan en el entorno laboral y familiar, generando conflictos y, a veces, conduciendo a un mayor aislamiento. La persona pierde la capacidad de disfrutar y, en muchos casos, incluso de reconocerse a sí misma en su rol laboral.
¿Quiénes son los más afectados por la sisifemia?
La sisifemia afecta a personas de diversos sectores laborales, especialmente aquellos que demandan una alta dedicación y enfrentan una constante presión por lograr resultados. Profesionales de áreas como la consultoría, la comunicación, el marketing, la investigación, el sector comercial y la sanidad suelen ser especialmente vulnerables a este fenómeno. Esto se debe a que estas profesiones suelen requerir un alto nivel de compromiso, donde se espera que el trabajador mantenga un desempeño óptimo de manera continua. Además, en muchas de estas ocupaciones, el reconocimiento y el éxito son factores fundamentales, lo que lleva a una búsqueda constante de validación que, cuando no se logra, puede derivar en agotamiento y desmotivación.
¿Cómo prevenir la sisifemia?
Para evitar caer en la sisifemia, es fundamental encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Los expertos sugieren adoptar un enfoque consciente y poner límites claros tanto en el trabajo como en la vida personal. Según Inma Brea, la clave para prevenir este desgaste reside en aprender a establecer límites, empezando con uno mismo y luego con los superiores o colegas. Esto implica reconocer que, detrás del trabajo excesivo, puede existir una falta de confianza en las propias capacidades. Buscar ayuda profesional para abordar estas inseguridades es una medida recomendable para prevenir el desgaste.
Otras estrategias para evitar la sisifemia incluyen:
- Fomentar actividades que relajen y proporcionen satisfacción personal: Equilibrar las horas de trabajo con actividades recreativas o hobbies es esencial para recargar energías y reducir el estrés.
- Aceptar la imperfección: Es necesario comprender que la perfección es inalcanzable y que cumplir con las expectativas laborales no implica siempre un desempeño impecable.
- Promover la desconexión digital: La cultura laboral debe enfocarse en respetar los horarios, permitiendo al trabajador un tiempo de descanso real y libre de la presión de las notificaciones laborales.
Para abordar esta situación desde las empresas, también es necesario implementar cambios en la cultura corporativa y el ambiente laboral, como:
- Fomentar un ambiente que valore la autenticidad y el equilibrio: En lugar de aspirar a la perfección, la empresa debe propiciar una cultura de aceptación y balance.
- Evaluar riesgos psicosociales: Una revisión regular de los factores de estrés en el entorno laboral puede ayudar a identificar áreas que requieren mejoras para evitar la sisifemia.
- Promover programas de bienestar laboral: Proveer a los empleados con recursos y herramientas para gestionar el estrés y cuidar su salud mental es fundamental para el bienestar colectivo.
- Ofrecer oportunidades de desarrollo personal: Capacitar a los empleados en estrategias de prevención de estrés y burnout ayuda a reducir el riesgo de sisifemia.
Al aplicar estas estrategias, tanto trabajadores como empleadores pueden evitar la trampa del esfuerzo sin fin y construir una cultura laboral más saludable y sostenible.