Tortilla de acelgas: 5 formas deliciosas y saludables de disfrutar esta verdura

Las acelgas, protagonistas de muchas recetas tradicionales y contemporáneas, son una de las verduras de hoja verde más versátiles que podemos incorporar a nuestra alimentación diaria. Ya en la antigua Grecia y en Roma eran cultivadas por sus propiedades nutricionales, y hoy siguen formando parte fundamental de muchas dietas equilibradas. Su sabor suave, su textura característica y su facilidad para combinarse con distintos ingredientes las convierten en una excelente opción para comidas caseras, rápidas y saludables.

¿Cuáles son las propiedades nutricionales de la acelga?

Las acelgas destacan por ser una verdura muy completa desde el punto de vista nutricional. Pertenece al grupo de las hortalizas de hoja verde, junto con otras como la espinaca, la rúcula, los canónigos o la lechuga. Lo que la convierte en un alimento particularmente valioso es la cantidad de beneficios que aporta al organismo, incluso con una ingesta calórica muy reducida.

En primer lugar, son una fuente notable de fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y ayuda a mantener la sensación de saciedad por más tiempo. Esta característica es especialmente útil para quienes desean mantener su peso o seguir un régimen alimentario hipocalórico.

Además, las acelgas son ricas en vitaminas esenciales. Contienen una alta proporción de vitamina A, fundamental para el buen estado de la vista, la piel y el sistema inmunológico. También tienen vitamina C, que actúa como antioxidante natural, ayuda a reforzar las defensas y mejora la absorción del hierro. La vitamina K, por su parte, es imprescindible para una correcta coagulación sanguínea y para mantener los huesos fuertes.

A nivel mineral, este vegetal contiene magnesio, potasio e hierro. El magnesio es necesario para la función muscular y nerviosa, el potasio ayuda a regular la presión arterial y el hierro resulta clave en la formación de glóbulos rojos y en el transporte de oxígeno en la sangre.

Uno de los mayores atractivos nutricionales de la acelga es su bajo aporte calórico. En crudo, 100 gramos apenas aportan unas 19 kilocalorías, lo que las hace perfectas para incluir en dietas destinadas a perder o mantener el peso sin renunciar a una nutrición adecuada.

¿Cómo cocinar la acelga?

Desde el punto de vista culinario, las acelgas permiten una enorme variedad de preparaciones. Se pueden consumir tanto crudas como cocidas. Las hojas verdes, suaves y brillantes, y los peciolos blancos y carnosos (también conocidos como pencas), pueden aprovecharse por completo en la cocina. En ensaladas, salteadas con ajo, al vapor, en sopas, como relleno de empanadas o en purés… las opciones son muchas.

Sin embargo, una de las formas más sabrosas y prácticas de disfrutar de las acelgas es integrarlas en tortillas. El huevo, ingrediente principal de cualquier tortilla, aporta proteínas de alto valor biológico, lo que eleva el valor nutricional del plato. La combinación de acelgas y huevos da como resultado una receta completa, saciante y saludable.

A continuación, te proponemos cinco variantes para preparar tortilla de acelgas, cada una con un giro diferente que permite disfrutar de sabores nuevos sin complicaciones.

1. Frittata de acelgas con piñones

La frittata es la versión italiana de nuestra clásica tortilla, pero con un toque diferente. Se cocina primero en la sartén y luego se finaliza en el horno, lo que le da una textura más esponjosa y permite incorporar ingredientes sin que pierdan forma. En esta variante, las acelgas se combinan con piñones tostados, que aportan un punto crujiente y un sabor ligeramente dulce y resinoso.

Para prepararla, solo tienes que saltear las hojas de acelga con un poco de cebolla, añadir los piñones y mezclar con huevos batidos. Luego, se hornea hasta que esté bien cuajada. Puedes servirla tibia o fría, ideal para una comida ligera o como parte de un picnic.

2. Tortilla de acelgas y champiñones

Esta es una de las combinaciones más clásicas y sabrosas. Los champiñones, ricos en agua, fibra y minerales como el selenio, se llevan muy bien con el sabor de la acelga. Juntos forman un relleno sabroso, jugoso y saludable.

El truco está en saltear los champiñones con ajo y un poco de aceite de oliva, dejar que suelten todo su líquido y entonces incorporar las acelgas ya cocidas. Mezcla con los huevos batidos y cocina la tortilla a fuego medio hasta que esté dorada por ambos lados. Puedes añadir un toque de queso rallado si deseas intensificar el sabor.

3. Tosta de tortilla rellena de patata y acelgas

En este caso, damos un paso más allá al servir la tortilla como relleno de una tosta. Se trata de una mezcla de tortilla española y verdura. Se prepara una tortilla con patatas cocidas y acelgas salteadas, que se cuaja bien en la sartén y se corta en porciones.

Estas porciones se colocan sobre rebanadas de pan integral tostado, y se puede acompañar con una base de hummus o crema de aguacate para aportar cremosidad. Esta presentación resulta ideal para un aperitivo, una cena ligera o incluso un brunch diferente.

4. Frittata de acelgas, calabacín y pimiento rojo

Otra propuesta colorida y llena de sabor. Aquí, las acelgas comparten protagonismo con calabacín y pimiento rojo, lo que no solo mejora el valor nutricional del plato, sino que también lo convierte en una delicia visual. El calabacín aporta suavidad y frescura, mientras que el pimiento le da un toque dulce y un color vibrante.

Todos los ingredientes se saltean previamente para reducir su contenido de agua, y luego se mezclan con los huevos batidos para llevar la frittata al horno. El resultado es una tortilla más gruesa, llena de vegetales, que puede comerse caliente, templada o fría. Ideal para preparar con antelación.

5. Tortilla de calabaza y acelgas

La combinación de calabaza y acelgas puede sonar poco convencional, pero funciona a la perfección. La calabaza, con su dulzura natural y su textura tierna, complementa el sabor terroso de la acelga. Además, es una hortaliza muy rica en vitamina A, lo que potencia aún más el perfil nutricional del plato.

Se recomienda cocer ligeramente la calabaza al vapor o al horno, trocearla en cubos y mezclarla con las acelgas previamente salteadas. Luego, se unen con los huevos y se cocina la tortilla a fuego lento. Puedes añadir nuez moscada o cúrcuma para realzar los sabores.


Como puedes ver, preparar tortilla de acelgas va mucho más allá de una receta básica. Este tipo de platos permite combinar distintos ingredientes, aprovechar verduras de temporada y variar las comidas sin renunciar al equilibrio nutricional. Las tortillas, además, son perfectas para guardar en la nevera, llevar en táper o disfrutar en cualquier momento del día.

En definitiva, la acelga es un ingrediente que deberíamos incorporar con mayor frecuencia a nuestras comidas. Y qué mejor manera de hacerlo que a través de estas ricas y creativas versiones de tortilla que, además de sanas, están llenas de sabor.