Triple crimen en Florencio Varela: las acusaciones familiares y el avance de la investigación
El triple femicidio de Florencio Varela continúa generando conmoción y suma nuevas aristas con el correr de los días. A la par del dolor de los familiares de las víctimas, aparecieron fuertes declaraciones que encendieron la polémica y dejaron en evidencia la tensión que rodea el caso. En paralelo, la investigación judicial sigue adelante con el foco puesto en una organización narco transnacional que habría planificado la emboscada en la que cayeron las jóvenes.
Antonio, abuelo de Morena y Brenda, dos de las víctimas, expresó su bronca frente a los medios y apuntó directamente contra la familia de la tercera joven fallecida. Con visible indignación, pidió que se investigue a la hermana de Lara, la menor de las chicas, y la señaló como responsable de haber acercado una propuesta sospechosa que, según él, derivó en la tragedia. “Vinieron a ofrecerle algo a mis nietas. Yo no quiero tomar ninguna medida por mi cuenta, pero pedimos que actúe la Justicia”, manifestó.
En sus palabras, el hombre describió la situación como una traición cercana: “La hermana de Lara estaba acá dándonos consuelo, pero creo que es la peor responsable. Las engañaron. Ahora todo está saliendo a la luz”. Además, cuestionó las actitudes de la familia de la adolescente, asegurando que “nadie pensaba que teníamos al enemigo en la puerta de nuestra casa”. También relató haber escuchado audios relacionados con Lara, aunque por el momento su contenido permanece bajo secreto de sumario.
La acusación generó una fuerte respuesta de Agostina, hermana de Lara, quien utilizó sus redes sociales para defenderse y contar lo que está atravesando. En un posteo cargado de dolor y enojo, aseguró que sufrió un ataque a tiros en el frente de su casa. Allí negó cualquier vínculo con la tragedia y apuntó contra quienes la señalan: “Estoy haciendo el duelo de mi hermana y me acusan de haberla entregado. Yo también la perdí. No busquen responsables donde no los hay”.
Mientras estas acusaciones cruzadas sacuden a las familias, la investigación formal sigue avanzando. El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, confirmó que el caso responde a una maniobra organizada por una banda narco que opera en distintos puntos del conurbano sur y en barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Según explicó, las jóvenes habrían sido engañadas con una falsa invitación y terminaron siendo víctimas de una estrategia de venganza. “Quiero dejar en claro que no fueron por voluntad propia a una situación de riesgo, sino que fueron llevadas bajo un engaño que terminó de la peor manera”, sostuvo.
Los cuerpos de las tres jóvenes fueron hallados en una vivienda de Florencio Varela y posteriormente identificados en la morgue judicial de Lomas de Zamora. El hallazgo confirmó las sospechas que ya manejaba la Justicia: se trataba de un crimen mafioso con motivaciones narco.
Por el caso hay cuatro detenidos, todos jóvenes, quienes se encuentran alojados en la DDI de La Matanza y serán indagados por el delito de homicidio agravado. Los sospechosos son Magalí Celeste González Guerrero (28), Miguel Ángel Villanueva Silva (25), Daniela Iara Ibarra (19) y Maximiliano Andrés Parra (18). La principal hipótesis los vincula con la logística del hecho y con su ejecución material.
Además, la Justicia y las fuerzas de seguridad están tras la pista de un quinto implicado, señalado como el líder de la organización. Se trataría de un hombre de nacionalidad peruana que ya estaría identificado y que es considerado el autor intelectual del crimen. Según las fuentes de la investigación, podría haber abandonado el país poco después del hecho, lo que complica las tareas de localización y detención.
El triple crimen no solo expuso el accionar de las bandas delictivas en la región, sino también el impacto social y político de un caso que muestra con crudeza la capacidad de violencia del narcotráfico. Entre las acusaciones familiares, las declaraciones de las autoridades y el avance judicial, la trama de Florencio Varela se ha convertido en un símbolo de los desafíos que enfrenta la Justicia frente al poder de las organizaciones criminales.