Azafata de 86 años es la más longeva del mundo y transmite pura inspiración

Betthe Nash, es una azafata de 86 años de edad, convirtiéndose así en la azafata con más años de servicio en todo el mundo, gracias a esto rompió un récord guinness ya que tiene 65 años de servicio ininterrumpido.

Ya con seis décadas en esta profesión, ha dedicado casi toda su vida a la industria de los vuelos comerciales y además se ha adaptado a las nuevas modalidades de vuelo. Evidentemente, esta industria ha evolucionado, no solo con respecto al tema de las medidas de seguridad, si no mas bien el cambio en la tecnología de los vuelos.

Betthe a pesar de tener una edad elevada, se ha convertido en un gran ejemplo para muchas personas, una mujer que ama su trabajo. Ella solo tenía 20 años cuando comenzó su carrera como azafata, su amor por los vuelos lo descubrió cuando tenía 16 años mientras viajaba con su familia a su pueblo natal en Virginia, Estados Unidos.

Eso la motivo para seguir aquello que la había fascinado, ella quería vivir viajando y decidió que quería pasar el resto de su vida en una cabina ofreciendo su servicio y velando por el bienestar de todos los pasajeros:

“Mi parte favorita de volar a lo largo de tantos años es saludar a mis pasajeros cuando embarcan y desembarcan del avión. La gente es realmente fascinante y es un placer hacerlo”. Dijo Betthe.

Ella comenzó toda su travesía en el año 1957 como azafata de la aerolínea Eastern Airlines, sin embargo, esta aerolínea fue comprada por American Airlines quienes observaron su profesionalismo y siguieron contando con su talento.

Betthe con todos sus años de vuelo, decidió quedarse con la ruta entre Washington D.C, donde se encuentra su familia y Boston. Ya han pasado muchos años desde aquel día en que esta longeva azafata decidió pasar su vida volando.

Comento que en su tiempo de joven, se podía fumar sin ningún problema en los aviones, incluso las mismas azafatas le facilitaban los cigarrillos a los pasajeros, algo que actualmente es impensable que hagan los pasajeros.

“Solíamos repartir cigarrillos y fósforos luego del servicio de comida”, destacó.

Una de las exigencias que tenia las aerolíneas en el tiempo que empezó a trabajar fue que las asistentes de vuelo fueran solteras y mantuvieran su peso para verse bien.

“Tenías que tener cierta altura, tenías que tener cierto peso. Solía ser horrible. Subiste unos cuántos kilos y tenías que seguir pesándote y si seguías así, te quitaban de la nómina”.

Dice que aunque hubo muchos cambios desde que empezó a trabajar de joven, la necesidad de ofrecer el mejor servicio es el mismo, y además dice que no tiene intenciones de retirarse, y que planea trabajar hasta que la salud lo permita.

 

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